La leche de almendras es totalmente vegetal, natural y equilibrada. No contiene aditivos ni conservantes. Se utiliza como sustituto de la leche de vaca y tiene propiedades afines e incluso superiores a la leche de Soja. No contiene colesterol, lactosa, ni gluten.
La leche de almendra se obtiene moliendo almendras secas y peladas y luego mezclándola con agua. Se puede tomar so
la o con algúna fruta natural. La propiedades que aquí vamos a resaltar así como la información nutricional se refiere a tomarla sin ningún endulzante.
Tiene un agradable sabor, tomada con agua fría o caliente.
A nivel cardiovascular nos beneficia cuando tenemos demasiado colesterol o triglicéridos.
Para las personas intolerantes a la leche de vaca o a la lactosa, para los celíacos, a quienes los lácteos a menudo tampoco va demasiado bien y, en general, para aquellos que buscan un sustituto de los lácteos.
En hospitales es muy útil sobre todo para los postoperatorios, ya que la persona necesita alimentos que le nutran pero que sean de fácil digestión. La almendra es de los frutos secos más ricos en potasio, un ión indispensable para el organismo por su papel en el cerebro, músculo, etc. Ideal también para evitar la hiponutrición de esos enfermos ya que también es rica en fibra y remineralizante.
Al ser muy pobre en Sodio y rica en Potasio es muy adecuada para casos donde hay pérdida de Potasio : diarreas, vómitos, tratamientos con diuréticosque eliminan potasio. Y para casos donde el Sodio sea un problema : hipertensión arterialo bien en enfermedades donde se produce un aumento de líquido extracelular (edema) como cardiopatías, afecciones renales y cirrosis hepática.
En muchos casos de alergias alimentarias si sustituimos la leche de vaca por alguna vegetal, como la de almendras, hay personas que notan una gran mejoría.
A nivel digestivo nos es de gran ayuda en casos de dispepsias gastro-intestinales, gastritis y como regulador del peristaltismo intestinal.
Por su buena relación calcio /fósforo, es un alimento ideal para diversos grupos de población; por un lado, durante las etapas de crecimiento y adolescencia, donde ambos nutrientes juegan un papel esencial en la formación y remodelación del hueso y por otro lado, en mujeres gestantes o durante la lactación, pues podría cubrir en parte los requerimientos minerales, y personas de edad avanzada, donde una dieta rica en calcio constituye una medida importante de prevención contra el desarrollo de la osteoporosis.
Tiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble con lo cual: protege la pared intestinal, sobre todo a nivel del colon y regula la velocidad de absorción de azúcares y colesterol. En presencia de fibra la velocidad de absorción de glucosa puede disminuir hasta en un 50%; este hecho constituye la base para su uso clínico en el tratamiento de la diabetes insulino-dependientes tipo I y para el tipo II (insulino no dependientes).
Minerales: Calcio, Fósforo, Potasio, Magnesio, Hierro, Sodio
Vitaminas: Vit. A, Vit.E, Vit. B1, Vit. B2
La leche de almendras es muy sabrosa y nutritiva, y prepararla en casa sólo nos toma un par de minutos.
Ingredientes
- 1 taza de almendras, naturales y enteras
- 1 litro de agua
- Miel de abeja, piloncillo o fruta al gusto
Preparación
1. Primero remojamos las almendras enteras durante 8 horas, hasta que se hidraten. Este proceso es muy importante: la almendra se vuelve más fácilmente digerible, debido a la actividad enzimática que se desarrolla al hidratarse. Además, se torna más blanda y lechosa, lo que facilita su procesado.
2. Luego, descartamos el agua del remojo y las lavamos bien.
3. Podemos utilizar las almendras inmediatamente o dejarlas en un colador o mallita durante algunas horas más, período durante el cual las semillas comienzan a germinar. A medida que la almendra germina, va consumiendo sus reservas de energía, disminuyendo su contenido calórico en más de un 10%. Así mismo, se potencian sus nutrientes.
4. Agregamos las almendras hidratadas y 2 tazas de agua a la licuadora y procesar hasta que la almendra quede bien molida y el líquido quede blanco, al igual que la leche. También podemos utilizar frutas frescas, que aporta dulzor natural a la leche.
5. Luego, retiramos la fibra con un colador o filtro de paño, agregar el agua restante y mezclar bien.
6. Por último, devolvemos la leche a la licuadora, agregamos la miel de abeja al gusto y procesamos nuevamente.
Servir inmediatamente, para aprovechar al máximo sus bondades.
Consumir preferentemente en ayunas o alejados de las comidas.
Se puede preparar con agua tibia, cuidando que la temperatura no supere de los 42°C, para que no pierda sus enzimas ni sus vitaminas.
Podemos utilizar la pulpa que nos sobró: la añadimos con nuestros aderezos favoritos y se la agregamos a la ensalada.
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